El estilo de cada uno de los vestidos de la marca no se puede pasar por alto. Cada prenda te seduce y te hace sentir especial. Por esto y mucho más, elegimos Morilee.
No muchos conocen la historia de esta -ahora- gran firma reconocida mundialmente. Morilee se fundó en 1953 en la capital del mundo, Nueva York. Inicialmente era una empresa familiar, que acabó desembocando en algo mucho más grande. Eso sí, su objetivo no ha cambiado, cumplir los sueños de las novias es un mantra que aún se escucha por los pasillos de los talleres y oficinas.
Comenzaron a producir vestidos para tiendas selectas de la ciudad, para acabar vendiendo en más de 5.000 tiendas alrededor del mundo. Parece surrealista, ¿verdad? A nosotras no nos extraña, ya que un proyecto como este, impulsado con talento y ambición, solo podía llevar a lo que ahora es Morilee: un símbolo de elegancia y prestigio.
La marca logra llegar al corazón de muchas mujeres cuando afirman: “Estuvimos ahí para tu madre. Estamos aquí por ti. También estaremos para tu hija”. Estos apasionados de la tradición viven enamorados de la idea de formar parte de la vida de muchas mujeres, que comparten el día de su boda en familia. La ilusión por lucir un diseño de la firma pasa de generación en generación.
Por eso han estudiado el cuerpo de la mujer a la perfección, ofreciendo diversos estilos y tallas, para que ninguna novia se quede sin el traje que siempre ha soñado.